viernes, 28 de agosto de 2009

El Final Anunciado

El diagnóstico pronostica una enfermedad terminal. Aún quedan más pruebas por hacer, pero la noticia nos quita el respiro. Fueron largos años de fiestas, mucho fumar y no con la mejor de las dietas.

Aún habiendo llegado a la adultez avanzada y haber creado un bella familia (a Dios gracias) esta noticia crea mucha nostalgia, ansiedad y miedo.

Uno en el pasado ha visto parientes cercanos irse de manera repentina. Uno sufre y luego se recupera, pero los enfermos, ¿que pensarán ellos? Uno se desespera y sufre al no poder cambiar el destino. Muchos lo hacemos en silencio para evitar complicar el ambiente. No queremos cometer un error.

Cuando se cae el pelo, los medicamentos no funcionan y nuestro ser querido se debilita, reaccionamos de diversas maneras. Uno se aleja, otro se acerca, otros buscan un milagro en Internet, muchos rezamos y otros son más creativos.

¿Cuándo será mi último respiro, me iré solo, quien sujetará mi mano, será doloroso….? Debemos desbordar nuestro amor por aquel que sufre y demostrarle que verdad lo queremos. Nunca sabrás como este sufre y piensa a menos de estar igual, Dios nos libre.

Pasan los segundos, pasan los minutos, las horas, los días… pasa el tiempo que nunca se podrá recuperar. Se acerca cada vez más la hora de abordar el nuevo vuelo.

Cuando la familia se une para este y otro suceso, nos ayudamos mutuamente a sobrepasar las tragedias, consolarnos y compartir. Mientras mejor ánimo tenga alguien, éste comerá mejor, descansará mejor, en fin, vive mejor. La atención y el cariño hace olvidar el tiempo mal pasado y reduce grandemente las ansiedades. Es a veces un sacrificio, pero si quieres debes.

Debemos mostrar el amor en vida y no después. Cuando alguien muere ya es tarde para todo esto. Lo que vez es el cadáver. No hay alguien adentro.

El impacto del amor en los seres queridos no tiene límites. Limitar el amor es desfallecer. Comparte con los tuyos, demuestra que los quieres y se feliz.

Dedicado a: mis tías Laura Raquel y María, mis abuelas Patria y Carmen, y …. mis seres queridos que con Dios están. EPD.

AV

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