viernes, 28 de agosto de 2009

El Amor

El amor es algo difícil de categorizar. Puede ser un estado de ánimo, una ilusión, un capricho, etc. El amor da esperanzas de un mejor día, una mejor vida.

Una vida sin amor es una esclavitud. Hay que amar a alguien y algo que haces para poder resistir a los embates de la vida. A veces al sufrir nos escondemos en un escudo de frialdad, que nos proyecta como seres seguros y fuertes, pero en el fondo somos tristes y nuestra alma se destruye más con cada día que pasa.

Para amar mejor a alguien y a algo debemos primero aprender a amarnos a nosotros mismos, pero no podemos parar ahí. Si evitas amar a alguien por que sufriste aquella vez, terminarás aún peor. Te lo digo por experiencia. Nunca es tarde volver a amar. Es un nuevo renacer para el alma.

Cuando amas sonríes al dormir y te levantas con ánimos de volar. Es una magia que inunda tu ser y se apodera de tu voluntad como la más potente de las drogas. Te cambia el latir de tu corazón, mejoras tus hábitos y tu ánimo te cambia hasta las facciones de la cara. La vida se vuelve bella y no ves obstáculo alguno en cualquier cosa que desees hacer y terminas conquistando.

¿Amor mío, donde estás? Hoy amo las cosas que hago y lo gente que ayudo y a aquellos con quienes comparto. Pero cuanta falta me hace volver a amar; oírte decir que me amas, tocar tu piel, mi cachete contra el tuyo, descansar mi cuerpo sobre ti y besarte hasta el amanecer. En Dios espero encontrarte hoy.

Recurrimos a los recuerdos del pasado cuando el amar nos hace falta. Esto nos crea ilusiones y esperanzas falsas, y en muchas ocasiones nos mueven sin conciencia a reconquistar lo que ya es ajeno. Muy pocas veces tenemos éxito y el daño es irreversible. Hay que buscar nidos nuevos, aunque signifique emigrar a otros destinos. Si hay sequía hay que buscar nuevos horizontes.

El amor a veces engaña, nos tumba, nos devela, nos ciega, nos hunde..... Pero luego un nuevo amor nos rescata, no revive, nos levanta y arrancamos de nuevo en una mágica aventura que querremos que nunca termine.

Hay que arriesgarse a doler y vivir. En la vida hay que doler también para saber que estamos vivos. Hay que conocer el sufrimiento para poder mejor valorar la dicha. Y cuando la dicha tengas….. valórala!!!

Buena suerte.
Andy

2 comentarios:

Luz dijo...

Este te quedó hermoso!!!!! Muy refrescante para el alma que lo lee. Vuelve a hacernos conscientes de las bendiciones que tenemos aquellos que lo hemos conseguido en cualquiera de sus formas: pareja, hijos, amigos, padres, hermanos...
Que Dios siga bendiciéndote y bendiciéndonos con tus pensamientos.

Andres Velez dijo...

Gracias, me honra tu contribución. Me alienta.

Andy