De vuelta a la escuelita
A ver si no me quemo en el examen
Tareas y más tareas
Que tortura, que pela
Las chicas siempre lindas
Aunque ahora casadas
Algunos estamos gordos y otros calvos
Ya la juventud se nos escapa
En aquellos tiempos de universidad
Eran momentos siempre alegres
Realmente añoro volver a estos
Con lo que hasta hoy he aprendido
Cuanta falta me hacen algunos amigos
Ya que despertaban lo mejor en mi
Y yo por igual en ellos
Éramos hermanos muy cercanos
Todos seguimos muy ocupados
Esta clasecita me da un pequeño descanso
Poder pensar en el pasado
Me da ánimo y agrado
A aquellos que han sido positivos en mi vida
Los tengo muy presentes
No se mantengan muy lejos
Ya que aun los aprecio
2 comentarios:
Mi nuevo amigo Anvel, si Ud. pudo parir semejante tranca de literatura, no puede negar cierta preferencia por la introversión. Al igual que quien le escribe, añoro los viejos tiempos incluso cuando todavía no han pasado: recuerdo en cuarto bachiller diciéndole a un indolente amigo en el colegio “algún día desearemos estar aquí otra vez ensuciándonos los zapatos con este polvo…”. Habiendo pasado un tiempito de eso ya, pienso que la belleza de las remembranzas está en la persona que las tiene… cuando he re-visitado los lugares que echaba de menos o me he reunido con los amigos de antaño, a veces derribo creencias y se me borran esos bellos recuerdos que poseía. Sin añadir que para algunos de ellos, nunca fueron bellos recuerdos! me he sorprendido al escuchar conocidos y extraños decir que no echan de menos esas vivencias.
Y parece que somos un porcentaje bien bajo de la población, pero eso lo hace mas bello, no? Paz.
Muy chevere Juan. Gracias por tu comentario. Yo, y probalemente tu tambien, aun llevas adentro algo del niño travieso y curioso. Hubieron momentos de alegrias adictivas las cuales grabamos y deseamos en ese mismo momento volver a vivirlas.
Estoy de acuerdo con que somos pocos y que de verdad que es un privilegio. Peace my friend.
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