viernes, 28 de agosto de 2009

La tranquilidad con nada que hacer

La tranquilidad con nada que hacer. Tratas de descansar y solo das vueltas tras vueltas en la cama. Prendes la tele y nada interesante que ver. Buscas las llaves del auto, pero te recuerdas que el auto está interno en el taller. Las paredes se hacen pequeñas y silenciosas. Te vuelves ansioso de que estas preso. Haces par de llamadas sin éxito. Tampoco entra alguna de las que siempre recibes. De repente te sientes solo.

Te acuerdas de libros que desde hace mucho deseas leer, pero el poco ánimo te deja vencer. Vas a la nevera, pero nada encuentras para comer.

La ansiedad juega con la mente y de inmediato piensas muchas cosas. Errores del pasado que crees haber superado, pero que llevas incubados en tu subconsciente. Piensas en ataduras que te limitan hacer lo que quieres. Metas desde la infancia que nunca se materializaron.

Te desanimas cada vez que pasan las horas y muere el día que con tanto ánimo esperabas. Y más aún cuando llevas semanas de trabajo arduo sin parar, y arrancas de nuevo la próxima por 2 semanas más de trabajo sin descanso.
Es cuando estas a solas que empiezas a conocerte un poquito más. De repente lo cotidiano se torna una necesidad y lo que deseabas una fantasía infantil.

Me gusta mucho improvisar y contar con alguien que departir, pero entiendo que debes siempre pensar primero en ti. Empieza a hacer un listado de cosas que te agradan y aquello que quieras hacer. Si tienes a quien invitar hazlo, pero no dejes de hacerlo por falta de un tal cual. Y disfrutas de quien eres.

Un abrazo,
AV

1 comentario:

Lola dijo...

No se quien eres... pero si se que escribes excelente,