Ya empezamos a disfrutar de la época más sentimental, bondadosa y animada del año. Empezamos a disfrutar de las actividades en las escuelas, oficinas, clubes, las iglesias, las carrozas en el parque y fiestas en nuestras casas con nuestros familiares y amigos.
Esta semana visité una escuela donde mis sobrinas y sobrinos participaron en una obra de Navidad muy animada. Los niños actuaban, cantaban y bailaban y lo hacían con el alma y la más bella de las sonrisas. Allí había mucha energía positiva y era emotivo ver a los padres, abuelos, tíos y otros cantar, aplaudir y hasta llorar calladitos al ver la alegría y el talento que exponían estos angelitos divinos.
Veo en la empresa los diferentes grupos de amigos a todos los niveles organizando angelitos y fiestas. Se les nota el deseo de que ya llegue el día de la fiesta.
En los vecindarios y clubes sociales empiezan los aguinaldos e intercambio de regalos. Allí se juntan amigos y hasta vecinos cercanos que tenían un año sin verse desde la última fiesta de Navidad.
Y muy importante, empiezan las entidades caritativas y personas privadas (la gran mayoría anónimas) a juntar recursos y ayudas para hacer la obra de la Navidad. Es la bondad de la humanidad en acción, dar un del poco que nos sobra para aquellos que nada tienen. Hay muchos de los que nada tiene que reciben mucha ayuda de mucha gente, y es mucho que se gasta. Hay mucha gente que sacrifica saldar deudas para poder dar.
Lo penoso es que aun así hay muchos ingratos que no aprecian ni agradecen dichas ayudas. Lo importante es que estos son una minoría. El ser agradecido abre tus posibilidades a recibir más. El que es ingrato no motiva a aquellos que ayudan. El que no da, no significa algo para la humanidad.
En esta época siempre surgen reencuentros de familiares que hace mucho no se veían. Personas que no se hablaban, pero el espíritu navideño ablanda al más terco. El amor y el orgullo se contradicen. El amor da felicidad y el orgullo genera indiferencia. Mucha gente no entiende que el privar de ‘no ceder y ser orgulloso’ es buscar la soledad, porque créanme el amor muere. Y cuando muere es difícil recuperarlo. Y estar peleado con alguien lo que nos hace es ser cada día más infelices. No perdonan condena.
Todo aquel que tiene un buen corazón siempre encontrará en la Navidad la época santa llena de inspiración para compartir, festejar y ayudar. Un abrazo, un ‘high five’, un beso, una sonrisa, etc. son más visibles en la Navidad que el resto del año.
Demos gracias a todos aquellos que nos han dado la mano, con quienes hemos compartido en las buenas y las malas, aquellos que nos quieren, y muy importante, a Dios por le gente que tenemos a nuestro alrededor, por todas sus bendiciones y por la persona que somos.
Feliz Navidad!
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