lunes, 27 de junio de 2011

Oye, que cargado me llevas...

¿No te pasa que a veces sueñas y que cada vez que estas por lograr algo de repente te despiertas? ¿Qué es aquello que siempre se interpone a lo que quieres arreglar, y no importa cuan bien lo hagas y que tan consistentemente lo hagas, que hasta en los sueños bloquea?

Somos inocentes en creer que en todos podemos confiar. Muchas veces nos apoyamos demasiado sobre los demás e injustamente exigimos favores los cuales no están al alcance de nuestros seres queridos, quienes nos adoran, pero a veces molestamos tanto que solo quieren un breve descanso.

Nuestros amigos, eternos hermanos, muchas veces se comprometen a cosas que pensaban posibles pero luego les surgen sus propios problemas y se ven imposibilitados de ayudar. Si insistimos terminamos haciéndoles daño.

Estas fechas de fantásticas fatalidades debemos enfocarnos en resolver nosotros mismos nuestros problemas. Yo mismo tengo montones de problemas los cuales muchos se agravan cuando involucro a otros para resolverlos. La gente en general es buena y cooperadora, pero agobiarla eternamente es contraproducente, egoísta e injusto.

Atiende tu a tus problemas, ya que tus problemas son a ti a quien afectan, y muy probablemente fuiste tu quien iniciaste. Hazlo y evita que tus problemas afecten a aquellos cercanos a ti. Si permites esto último, estas frito.

Cuando tengas un problema piensa que no hay persona alguna que te pueda ayudar y trata de resolverlo. Si de verdad no puedes solo, entonces busca ayuda. La gente es buena, pero no tonta. La gente puede percibir cuando alguien se está recostando y cuando alguien de verdad necesita ayuda. Sabrás que cuando la gente deje de contestar tu llamadas es que te estas excediendo.

Cuando enfrentes un problema difícil te recomiendo que creas en Dios. Escucha los consejos de aquellos que te apoyan y que han pasado por esas dificultades. No creas en héroes, y tampoco quieras convertirte en uno ya que los héroes siempre terminan muertos y olvidados.

Simplemente atiende el bollo y no te dejes ahogar en un vaso de agua. Ya somos grandecitos. Y recuerda esto último, “mientras más agradecido seas para aquellos que te ayudan más estaremos dispuestos en ayudarte nuevamente”.

Abrazos!

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