“Querido Señor, Tu conoces mis necesidades y voy a dejar estas en Tus manos”.
Hoy día que tenemos tantos compromisos, tantísimas necesidades y con la limitante de no poder ayudar a todos, nuestra realidad se vuelve pesada.
A veces buscamos socorro al activar la alarma de fuego en un intento de que un héroe o bombero venga a apagar las llamas del sufrimiento que nos consume.
Muchas veces sufrimos por ser tontos, tercos y ciegos, ya que a nuestro lado siempre estás y solo nos recordamos ya cuando no hay esperanza de una mejoría. Ahí nos acordamos. Por suerte nunca es tarde cuando contigo contamos.
Dios conoce nuestras necesidades. Dios esta dispuesto a orientarnos. Y Dios siempre nos manda gente buena para cuidarnos y guiarnos.
La fuerza de la oración siempre estará en cuan fuerte sea tu fe. No una fe obligada porque Dios quizás exista y es superior. No, no, no! Es que Dios si existe, y es superior, pero sobre todo, Dios es bueno y justo.
La fuerza de la fe no es solamente saber que Dios te guiará por el sendero correcto, sino saber también que vas a tener éxito, que todo será para el mejor futuro, y que cuando menos lo esperes, serás feliz.
Para que la fuerza sea efectiva debes motivarte en ella para lanzarte a conquistar el mundo. Ser el campeón en todo lo que hagas y nunca olvides, cuando puedas, darle la mano a alguien que necesite un empujón.
Dios te bendiga 'mano, 'manita!
Andy
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