martes, 29 de marzo de 2011

La excelencia como forma de vida…

Es querer más de lo que los otros piensen sea lo correcto, arriesgarse sin importar el riesgo o peligro; es soñar más de lo practico y anticipar conquistar lo imposible. Algo/alguien debe importar, para obtenerlo nos debemos arriesgar, no debemos temer fracasar y debemos perseverar y nunca detenernos hasta lograrlo.

Es un estado mental en el que se toma la decisión una vez de ser grande para conquistar retos grandes. No es hacer las cosas mejor, sino hacerlas con excelencia y grandeza. Es una decisión que tomamos para cada paso que damos infinitas veces al día y siempre, en cada paso que damos. Y mientras más lo practiques más viene a la vida contigo.

Es preguntar que puedo hacer para darle propósito a la vida. Que puedo hacer para transformar lo ordinario en algo superior y especial. Es como quitarle la tristeza a un niño y hacerlo reír sanamente. Es cuidar a las plantas de tal manera que den las flores más espectaculares y duraderas orgánicamente.

Querer ser grande requiere un comportamiento y una disciplina orientados a hacer las cosas de manera superior y sin desvíos. Es saber que las cosas a medias son tan fallidas como no hacerlas. Hacer algo a medias es desperdiciar la oportunidad de completar algo grandemente.

Tratamos siempre de cambiar a los otros, aun sabiendo que tenemos defectos sin intención de corregirlos. Ser grande es primero identificar con quienes compartimos valores y virtudes, ya que nunca lograremos llevar una relación sana con aquellos que tengan valores adversos a los nuestros. Aprendamos a aceptar a los demás por quienes son, y aprovechemos al máximo los valores que compartimos bloqueando aquellos en los que chocamos. Primero debemos conocernos a nosotros mismos para poder aprender a apreciar mejor a los demás.

Dependiendo de lo forma como te manejes con los demás podrás encontrar un tesoro o un vacío. Todo dependerá de tu actitud hacia esa persona. Si vienes con complejos y sin humildad, la persona te rechazará antes de que digas la primera palabra. Si por el contrario, eres humilde y aceptas al otro como un igual serás bienvenido y esta persona tendrá la confianza de mostrarte las cosas buenas que la hacen grandiosa.

Ser grande conlleva disciplina, propósito y cero desvíos. Ser grande es buscar el tesoro; ser normal es conformarse con el nada.

miércoles, 16 de marzo de 2011

Sentimientos que nos cazan

Todo en la vida se basa en el desarrollo de relaciones interpersonales. Unas más íntimas que otras. Otras pocas más duraderas que la mayoría. Y unas menos favorables basadas en intereses y traiciones.

A veces formalizamos uniones las cuales al terminar se convierten en pesadillas. Como en el matrimonio, el divorcio es quizás la separación más traumática, pero mantener una relación conflictiva pudiera ser trágica. He visto discusiones tontas de mis padres, pleitos de parejas amigas y divorcios de sus padres. Es lamentable el dolor que se vive. El veneno está en la intención de herir por despecho. Todos salen sangrados. Todos!

Esto también sucede en los amores y las amistades. Normalmente puedes confiar en el 1% de tus amigos y nunca terminas casado(a) con tu primera novia(o).

Me gusta preguntar mucho. Investigo con aquellos los más sufridos para evitar esto.

El punto central de todo este masoquismo está basado en sentimientos que nos cazan. Y también de los parásitos que nos acechan para secarnos como sanguijuelas.

Mi amigo se casó con su novia. El veía claro los defectos que ella tenía los cuales pudieran perjudicar a largo plazo su matrimonio con ella. El confió que el tiempo la cambiaría y él desestimo esta dificultad. El tuve fe en ella. Lamentablemente, las dificultades se agravaron, ella empeoro y fue cada vez más mezquina. Penosamente, mi amigo, mi hermano, tuvo varios años sufridos hasta que sus seres queridos intervinieron y le dijeron que dejara esa servidumbre. El pensó que el podría ayudarla y que tarde o temprano ella reconocería su sacrificio y que su amor la despertaba. Eso nunca sucedió.

Así sucede con los ya divorciados que tratan de darse una segunda oportunidad. En primer lugar lo hacen ya que no están dispuestos a fracasar de nuevo con alguien que no conocen como a su primera pareja. También lo hacen bajo presión de los hijos y sus allegados. En fin, hay algunos que tienen éxito. Hay otros que duran un tiempo largo engañados en eternos conflictos e infidelidades. Hay otros que se dan cuenta, se despiden amistosamente y siguen su vida. Estos últimos usualmente terminan siendo buenos amigos.

En la amistad sucede algo parecido. Tratas de ayudar a un amigo para que cambie y esperas que mejore su actitud. Eres muy positivo que éste será mejor y no entiendes que realmente solo le interesa lo que puedas darle y tan pronto dejes de hacerlo te da la espalda y sigue siendo el egocéntrico de siempre. Hay algunos que mejoran de inmediato. Hay otros que de nada le importas y solo quieren que no lo molestes y le aguantes sus malacrianzas con una sonrisa.

En el trabajo sucede que a quien más ayudas es el primero en clavarte el cuchillo ya que entiende que eres su principal obstáculo. Te ve como su igual. Sabe que con tu confianza te puede destruir.

La gente mala en general se te acerca ya que tiene una imagen de ti que quieren para ellos. Sea algo material que tienes, un círculo de amigos que quieren penetrar o algo que les interesa robarte. Son artistas; estafadores! Una vez hayan hecho amistad con los tuyos empiezan a hechar chinitas contra ti para evaluar a quienes puede conquistar como apoyadores para traicionarte.

Mi punto es a quien ayudes y no responda suéltalo en banda inmediatamente ya que te traerá innumerables inconvenientes. No hagas buenas referencias de aquellos que te hayan faltado directa o indirectamente. No sirve. No existen milagros. La gente mala siempre será mala; la buena nunca te dará problemas.

Esta es la pura verdad. Cuidate y no tengas miedo para mandar a los malos a donde pertenecen o te van a hacer daños permanenentes. Liberate de lo negativo para que estés disponible para lo positivo.